Un día del caluroso mes de agosto de 2014 recibo un mensaje. Hacía unos seis o siete meses que había enviado el libro a Huerga y Fierro editores. Se lo envié a través de un amigo común, y desde entonces no había vuelto a tener noticias sobre el libro, lo que no es muy venturoso en el mundo de la edición. Estaba un poco expectante, pero cada vez menos expectante y más decepcionado.
De pronto miro el visor del móvil. Estaba en la playa. Y veo que ha entrado un correo nuevo. Algo breve, escueto, sin muchos rodeos: "Le vamos a publicar su libro. Por favor, envíanos la versión más actualizada del libro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario