Una de las secciones más apreciadas del Premio Mandarache es la del Escritor Regional Invitado, que tiene el objetivo de promocionar la literatura más actual de la Región de Murcia entre los jóvenes lectores de Cartagena. Siguiendo la estela de los últimos años, de nuevo en esta ocasión el Grupo Promotor ha optado por la poesía, seleccionando el poemario ‘La noche del incendio’ (Huerga y Fierro, 2015) del murciano Antonio Aguilar. A lo largo de esta mañana el escritor ha visitado el IES Jiménez de la Espada, el IES Isaac Peral y el IES Carthago Spartaria, y ha presentado su obra –fuera de concurso- a los estudiantes participantes en el Premio Mandarache.
Además de responder preguntas y recitar algunos poemas, Antonio Aguilar, cuya relación con Cartagena viene de largo pues fue ganador en 1997 del Premio de Poesía Antonio Oliver Belmás organizado por la Universidad Popular, se ha definido a sí mismo durante los encuentros “como un lector, más que como un escritor. Los libros definen mi relación con la vida”. Además, el autor recibió un premio en la Universidad de Granada, y resultó accésit en el prestigioso premio Adonáis en 2003.
El autor ha contado en sus conversaciones con los estudiantes como el libro fue "un reencuentro con su afán tanto por la lectura como por la escritura". Ese sentimiento se materializó en el libro presentado en estas actividades, definiéndolo como un libro “de amor y metaliteratura”. ‘La noche del incendio’ refleja ese amor por la lectura y la escritura, y la felicidad de reencontrarse con ellas.
El libro trata de una historia de amor concreta, una historia llena de vacíos que se revitalizan con la felicidad de reencontrarte con el amor.
El autor ha confesado que el libro se centra sobre todo en la "cotidianeidad, en celebrar el momento presente", cuestión reflejada por el poemario. Antonio nos expresa como el libro es una aventura cotidiana en la que debemos disfrutar de los momentos inmediatos y presentes, aquellos que dan sentido a nuestra vida.
Para la elección del título, el autor ha contado a los estudiantes como se inspiró en una canción, cuyo nombre es idéntico al del libro, de Cristina Rosenvinge, de su disco la ‘La joven Dolores’, con la cual el autor se identificaba con la narrativa de la canción y la historia recitada en ella. Además, Antonio Aguilar concibe la noche como "un espacio íntimo y personal en el que las obligaciones quedan en un segundo plano y nos reencontramos con nosotros mismos. Es en ese momento en el que la noche arde, así como nuestro interior".
En los próximos meses el poeta regresará a Cartagena a mantener más encuentros con los centros de enseñanza que han solicitado leer su obra.
Además de responder preguntas y recitar algunos poemas, Antonio Aguilar, cuya relación con Cartagena viene de largo pues fue ganador en 1997 del Premio de Poesía Antonio Oliver Belmás organizado por la Universidad Popular, se ha definido a sí mismo durante los encuentros “como un lector, más que como un escritor. Los libros definen mi relación con la vida”. Además, el autor recibió un premio en la Universidad de Granada, y resultó accésit en el prestigioso premio Adonáis en 2003.
El autor ha contado en sus conversaciones con los estudiantes como el libro fue "un reencuentro con su afán tanto por la lectura como por la escritura". Ese sentimiento se materializó en el libro presentado en estas actividades, definiéndolo como un libro “de amor y metaliteratura”. ‘La noche del incendio’ refleja ese amor por la lectura y la escritura, y la felicidad de reencontrarse con ellas.
El libro trata de una historia de amor concreta, una historia llena de vacíos que se revitalizan con la felicidad de reencontrarte con el amor.
El autor ha confesado que el libro se centra sobre todo en la "cotidianeidad, en celebrar el momento presente", cuestión reflejada por el poemario. Antonio nos expresa como el libro es una aventura cotidiana en la que debemos disfrutar de los momentos inmediatos y presentes, aquellos que dan sentido a nuestra vida.
Para la elección del título, el autor ha contado a los estudiantes como se inspiró en una canción, cuyo nombre es idéntico al del libro, de Cristina Rosenvinge, de su disco la ‘La joven Dolores’, con la cual el autor se identificaba con la narrativa de la canción y la historia recitada en ella. Además, Antonio Aguilar concibe la noche como "un espacio íntimo y personal en el que las obligaciones quedan en un segundo plano y nos reencontramos con nosotros mismos. Es en ese momento en el que la noche arde, así como nuestro interior".
En los próximos meses el poeta regresará a Cartagena a mantener más encuentros con los centros de enseñanza que han solicitado leer su obra.